Los analgésicos médicos son drogas poderosas que interfieren con la transmisión de las señales del sistema nervioso a los nervios que percibimos como dolor. La mayoría de los analgésicos también estimulan porciones del cerebro que se relacionan con el placer. En consecuencia, además de bloquear el dolor, producen un “viaje”.
A los más poderosos analgésicos médicos se les llama opioides, que son parecidos al opio1compuestos. Están fabricados para reaccionar sobre el sistema nervioso en la misma manera que las drogas derivadas de la amapola, como la heroína. Los analgésicos opioides de los cuales se abusa más comúnmente incluyen oxicodona, hidrocodona, la meperidina, la hidromorfona y propoxifeno.
La Oxicodona tiene el mayor potencial de abuso y presenta los mayores riesgos. Es tan poderosa como la heroína y afecta al sistema nervioso de la misma forma. La oxicodona se comercializa con muchos nombres, tales como Percodan, Endodan, Roxiprin, Percocet, Endocet, Roxicet y OxyContin. Se presenta en forma de tableta.
La hidrocodona se utiliza en combinación con otras sustancias químicas y está disponible en medicamentos recetados para el dolor, como tabletas, cápsulas y jarabes. Los nombres comerciales incluyen: Anexsia, Dicodid, Hycodan, Hycomine, Lorcet, Lortab, Norco, Tussionex y Vicodin. La producción y venta de esta droga se ha incrementado de forma significativa en los años recientes, al igual que su uso ilegal.
La Meperidina (marca comercial Demerol) y la hidromorfona (Dilaudid) vienen en tabletas y el propoxifeno (Darvon) en cápsulas, pero se sabe que las tres se trituran y se inyectan, inhalan o fuman. El Darvon, prohibido en el Reino Unido desde el 2005, se encuentra entre las diez drogas más nombradas en muertes por abuso de drogas en Estados Unidos. El Dilaudid, considerado ocho veces más potente que la morfina, a menudo se le llama “heroína de farmacia” en las calles.